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viernes, 10 de junio de 2011

Narración Ficticia

NARRACION FICTICIA DE UN PERSONAJE DEL DÍA DEL TRABAJO.

LAS IDEAS DE LIBERTDAD NO TIENEN COLOR DE PIEL.
Hace muchos años en México, que antes se llamaba Nueva España, allá por el año de 1537 vivía en un pueblo de Veracruz,  un esclavo negro de origen africano llamado Gaspar Yanga. Él era un hombre muy alto, trabajador, fuerte e inteligente y hablaba muy bien el español.
Un día se escapó de sus amos y en esos tiempos a quienes lo hacían se les llamaba cimarrones porque,  por lo general, se refugiaban en las cimas o cerros y se volvían salvajes, feroces  e indomables. Gaspar Yanga huyó en 1546 porque no estaba de acuerdo en  la cacería que hacían  a los negros cimarrones, pues con cualquier pretexto los ejecutaban en la horca; como Yanga expresaba sus ideas contra la injusticia que ocasionaba la esclavitud se corrió el rumor que los negros iban a matar a sus amos y coronarían a Yanga. 
El virrey Antonio de Mendoza ordenó que persiguieran y dieran un castigo ejemplar a los negros rebeldes: los descuartizaron  y clavaron sus cuerpos en los caminos principales.
En 1510 Yanga logró escapar a las montañas y con su gente construyeron el primer QUILOMBO (pueblo de negros) de las Américas al que llamaron “San Lorenzo de los Negros”. Por más de 30 años sobrevivió a la cacería que tenían en su contra y se caracterizó porque asaltaba las caravanas (carretas) que traían mercancías de Veracruz.
Así  paso el tiempo y en 1609 el gobierno colonial español decidió poner fin a estas rebeliones declarándolos hombres libres; Yanga y su gente continuaron su vida en “San Lorenzo de los Negros” ya como hombres libres;  ese lugar ahora se conoce como Yanga y lo podemos  ubicar en una desviación que está adelante de Cuitláhuac,  en la Carretera Federal  Veracruz-Córdoba.
Esta historia nos enseña que todas las personas, sin importar cuál sea el color de piel, tenemos derecho a ser tratados bien en el trabajo, a expresar nuestras ideas y defenderlas para lograr así nuestra libertad. 

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