¿COMO MODIFICA, EN MI CONCEPCIÓN, LA NARRATIVA LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA?
La narrativa refiere el pasado y la considero como una estrategia alternativa viable para enseñar y aprender Historia, pues nos ayuda a enriquecer los temas presentados en los libros de texto o el programa de estudio; ya que algunos , por su complejidad, requieren la utilización de formas narrativas que pueden ser metafóricas o analógicas y que dan inteligibilidad a la realidad, es decir, permiten entenderla, darle sentido y despertar el interés de los alumnos, aún cuando lo que se esté abordando sea un acontecimiento pasado.
La narrativa enriquece al currículo escolar al aportarle una perspectiva renovadora en el tratamiento de la historia, ya que la información histórica que se investiga está cohesionada a una situación problema -tema- y conlleva a una transformación permanente del conocimiento, pues al enfrentar la experiencia del otro, por medio de la historia oral, transformamos nuestras ideas.
Al estimular la imaginación creativa con la narrativa se logra desarrollar en los alumnos de educación básica el matiz interpretativo de la historia, se permite que ejerciten el juicio crítico y reflexivo frente a la información, se contribuye a desarrollar habilidades, capacidades y competencias que le ayudan a comprender la realidad social.
La narrativa debe ser comprensiva, es decir, que el alumno debe ser capaz de presentar un argumento lógico bien formulado coherente y razonado, y para lograrlo debe plantearse interrogantes o conjeturas que le permitan construir los motivos y las creencias de la gente, reconstruir las instituciones, las estructuras sociales y prácticas culturales en las cuales vivieron, diciendo cómo o por qué los hechos sucedieron de determinada manera.
Como docente, debo hacer todo lo posible para que mis alumnos se interesen por investigar y que tengan acceso a la información; por eso la narrativa se debe volver imprescindible en mi práctica docente, trascendiendo así hacia una enseñanza de la historia más amena y menos monótona. Al niño siempre se le hace más ameno escuchar relatos que realizar enormes lecturas en las que no logra comprender el significado de las mismas.